Quizá el factor más importante en la alimentación sea el saber escuchar el cuerpo para poder atender sus necesidades y así comer lo necesario, sea en cantidad como en calidad. Si bien es cierto los alimentos aportan nutrientes estructurales (aminoácidos, grasas, azúcares, vitaminas y minerales) posiblemente la principal propiedad no sean sus valiosos componentes físicos, sino su acción vitalizante en el momento justo. En los tiempos actuales hemos perdido la sensibilidad de escuchar nuestro cuerpo y eso nos lleva a la enfermedad, al exceso de peso e incluso a empeorar la respuesta al estrés.
Cuando hablamos de alimentación consciente no hablamos de dietas restrictivas, sino de modelos de nutrición adecuados a las necesidades específicas de la persona. Hay conceptos generales en cuanto a comer sanamente, toda persona es diferente y se puede optimizar el beneficio de una buena alimentación, mejorando la conexión con el cuerpo y aprendiendo cuáles son los alimentos idóneos a su tipo metabólico.
Más allá de los beneficios en la salud, mi propuesta generará efectos positivos a nivel de pensamientos y actitudes. Como dijera un conocido maestro espiritual : «según sea tu alimento, así será tu mente; según sea tu mente, así será tu pensamiento; según sea tu pensamiento, así será tu actitud«.